[Artículo del Dr. Lincoln de la Parte Pérez (lincolndelaparte200@yahoo.com), anestesiólogo del Hospital Pediátrico Roberto del Río y del Instituto de Traumatología, Santiago de Chile. Capítulo publicado en el libro electrónico "Anestesia Cardiovascular Pediátrica", en Anestesia Pediatrica e Neonatale (www.anestesiapediatrica.it), Vol 3, No.3, Junio 2005]
Los efectos de la Circulación Extracorpórea (CEC) en los niños son importantes y difieren en muchos aspectos de los observados en los adultos. Los niños son sometidos a medidas extremas como son la hipotermia moderada y profunda, la hemodilución (60% como promedio), bajas presiones de perfusión (20-30 mmHg), variaciones en las presiones de perfusión según las necesidades del cirujano y en ocasiones a paro circulatorio total. Estas medidas necesarias para poder realizar la técnica quirúrgica, afectan la función de diversos órganos durante y después de la CEC. Además de lo anterior otros factores influyen en las complicaciones, como son la gran respuesta metabólica con variaciones significativas de los niveles de glucosa y catecolaminas, las dificultades para inserción de las cánulas (en aorta y las cavas), la presencia de colaterales aorto-pulmonares en los pacientes cianóticos y los efectos deletéreos de la hipoxia mantenida y de la sobrecarga crónica de volumen y de presión sobre el corazón.
La ceba (cebamiento) de la máquina de CEC constituye otro problema adicional en el niño, ya que habitualmente es de aproximadamente el 60%, pero en los lactantes puede exceder el volumen sanguíneo en un 200 %. La mayoría de las cebas utilizadas en pediatría incluyen cristaloides, sangre total, coloide, manitol, bicarbonato de sodio y esteroides. Algunos centros utilizan glóbulos rojos concentrados en la ceba pero en nuestro centro se prefiere la sangre total almacenada de menos de 48 horas.
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