
[Trabajado presentado durante el I Congreso Virtual Mexicano de Anestesiología 2001. Dr. Fernando Etulain Maldonado]
A partir de la primera comunicación mundial de aspiración grasa con fines estéticos por el Profesor Illouz, en Francia, en el año de 1977, el procedimiento se ha diseminado y representa un volumen importante en el quehacer de la Cirugía Plástica y Estética, en un principio involucrando el abdomen (Fig.1), para ejecutarse con frecuencia en la actualidad en diversas áreas corporales, inclusive asociada a otros procedimientos. El principio de succión cerrada mediante pequeñas incisiones se ha mantenido, el diámetro de las cánulas ha sufrido modificaciones, desde 10 mm las primeras, hasta tener diversos diámetros, longitudes y formas en la actualidad. Las modificaciones se refieren básicamente a la instrumentación, la anestesia y los conceptos de control de líquidos.
La "Técnica Seca" de los primeros tiempos requería anestesia general y como no se aplicaban líquidos o substancias hemostáticas en el intersticio, la pérdida sanguínea era significativa y se asociaba a incremento en la morbimortalidad, relacionada con hemorragia, desplazamiento de líquidos corporales y cambios metabólicos. Illouz y Hetter describieron dichos cambios como una lesión similar a la observada en las quemaduras con secuestro de líquidos. Quedó establecido que las complicaciones eran más frecuentes con un volumen aspirado de más de 1500 mL. La regla de "los 150" preconizaba que, por cada 150 mL aspirado, el hematocrito disminuía un 1%, considerando que 10% (150 mL) de pérdida sanguínea al aspirar hasta 1,500 mL de grasa podía considerarse seguro. Los volúmenes superiores requerían transfusión sanguínea.
La "Técnica Húmeda", originalmente descrita por Converse en 1962 se implementó con la finalidad de disminuir el sangrado en el lipoaspirado al infiltrar líquido, Epinefrina y Lidocaína. Las dosis de estos fármacos han sido modificadas en innumerables ocasiones, pero habitualmente la concentración es de 0.25% de Lidocaína con Epinefrina al 1:400,000. En la práctica utilizamos solución de Hartmann cuya isotonicidad es favorable, adicionándose por cada 1000 mL 1 mg de Epinefrina y 250 mg de Lidocaína.
La "Técnica Tumescente" desarrollada por Klein a fines de los años ochenta implica la infiltración de grandes volúmenes de líquido combinados con Epinefrina y Lidocaína, con lo que obtenemos disminución en la pérdida sanguínea, cierto grado de anestesia local por infiltración y más eficiencia durante el proceso de aspiración.
En los últimos años hemos presenciado la aparición de la liposucción asistida previamente con ultrasonido (Fig.2) que logra mejor licuefacción grasa, facilitando la aspiración en áreas fibrosas (espalda, ginecomastia, liposucción secundaria), con mayor comodidad para el equipo quirúrgico.
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