¿¡Capitaciones o decapitaciones!? Anónimo

Son más que claros los tiempos difíciles que desde hace algunas décadas viven los médicos en México: sueldos miserables, el manejo de tabuladores clínico-quirúrgicos mesquinos y ofensivos impuestos por personas ajenas a la medicina, presión por el constante incremento de demandas médico-legales por parte de pacientes "educados" a demandar de inmediato a su médico por cualquier causa. En fín, una larga lista de ejemplos en contra de los profesionales de la medicina.

A continuación, se expone una carta de un médico ginecoobstetra que hizo llegar al comité editorial de Noticias FEMEGO (Federación Mexicana de Ginecoobstetricia), con motivo de su renuncia al Servicio Médico de una conocida institución bancaria... La siguiente es la trascripción exacta de la misma.

A quien corresponda:

Antes que nada, le ofrezco a Ud. una disculpa al dirigirme en términos tan impersonales como "a quien corresponda", pero la verdad es que ante el tan perfecto caos que desde hace algunos meses impera en el servicio médico a su cargo, después de muchos intentos de buscar a alguien responsable con quien tratar los asuntos relacionados con la prestación del servicio a los empleados de la empresa, no tuve éxito y es por ello que cometo esta descortesía.

Todos estamos de acuerdo en que las actividades humanas han tenido cambios drásticos a partir de las últimas décadas del siglo pasado. La medicina no escapó a estos cambios, pero desde el punto de vista de muchos médicos, las modificaciones han sido muy desafortunadas. La relación entre el médico y sus pacientes antes humanista, amistosa y cordial, se convirtió en una fría, monetaria y defensiva actividad comercial, en la que al médico se le dice "proveedor", al paciente "cliente", y todo está regido por las leyes de la oferta y la demanda, y las compañías aseguradoras fijan a su arbitrio, de manera injusta y unilateral, todo lo relacionado con la "prestación de servicios". Por ello, siguiendo esta manera de ver las cosas emplearé los términos apropiados para tratar de entendernos:

La descripción de algunas de las características del producto que ofrezco son las siguientes:

1. Atención médica profesional sin diferencias ni restricciones, respaldada por 12 años de estudios formales, y posteriormente constante actualización en todo tipo de cursos, suscripciones a revistas, libros y asociaciones científicas relacionadas con la especialidad en Ginecología y Obstetricia.

2. Experiencia en la práctica de la especialidad, adquirida a través de 15 años de ejercicio profesional en la medicina privada y en instituciones de salud pública altamente reconocidas en el país y en el extranjero.

3. Un consultorio médico que cuenta con todo el equipo e instrumental necesario para el ejercicio de la especialidad.

4. Un radiolocalizador encendido las 24 horas del día, los 365 o 366 días del año.

A cambio de este producto ustedes pretenden que yo reciba:

1. Remuneración económica a través de un absurdo sistema de "capitaciones" (o debería decir "decapitaciones"), con el cual me aseguran el depósito en mi cuenta del equivalente a dos boleadas de zapatos (USD $2.2 al tipo de cambio actual) mensuales por cada "cliente" de su empresa que esté anotado en mi lista.

2. Un tabulador de procedimientos quirúrgicos en el que se fija el monto del pago por procedimiento en el equivalente al 25 a 30% de los costos en el mercado actual. Curiosamente he observado que los "clientes" tienen hemorragias igual o me pueden llamar también igual a cualquier hora de la madrugada que los pacientes; o sea que no hay un horario fijo de atención a "clientes", y estos no firman un contrato en el que se comprometan a complicarse menos.

3. La obligación de contar con un seguro de responsabilidad legal por si existiera alguna demanda en mi contra.

4. Hacer listas mensuales de clientes atendidos para posteriormente llevarla junto con un recibo de honorarios a diferentes oficinas receptoras en las cuales se comprometen a realizar el pago en un tiempo no determinado, pero eso sí, que no excede de 6 meses.

5. Un trato siempre descortés ante cualquier intento de aclaración de diferencias, en el que al final de las conversaciones salen con el consabido "pues si no te conviene doc…”

¿Un poquito inequitativo no? Le sugiero que haga la prueba: acuda Ud. a una agencia de automóviles Mercedes Benz e intente, con el dinero suficiente para comprar una bicicleta barata, salir de la agencia con un auto de lujo; seguramente el dependiente no lo correría por la fuerza debido al ataque de risa que le provocaría. Por tal motivo, a través de la presente, le informo a Ud. que he decidido dejar de brindar atención médica a los empleados de la empresa.

Para finalizar, solo quiero agradecer a mis pacientes por la confianza que depositaron en mí para poner en mis manos uno de los bienes más preciados que poseen, que es la salud de la mujer como pilar fundamental de la familia. Sé que ellas entenderán los motivos de mi renuncia, pues siempre llevamos una relación amistosa y cordial, en la que tuvimos presente en todo momento que ni yo soy "proveedor ni ellas son "clientes".

Agradezco de antemano la atención prestada a la presente.

Ginecoobstetra (anónimo), México, Distrito Federal.

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