Las vírgenes eran figuras de enorme importancia en numerosas religiones de la antigüedad. En Roma, las seis vestales, responsables por mantener encendido el fuego en el templo de Vesta, debían ser vírgenes de padre y madre reconocidos.
Las vestales que perdían la virginidad eran lapidadas o, en cierta época, decapitadas.
La importancia de la virginidad vuelve a manifestarse en el cristianismo, con la creencia en la virginidad de María, la madre de Jesucristo. Virgen proviene del genitivo latino virginis (de mujer soltera), algunos han dicho que éste probablemente se derive de vir, viris 'varón', por referirse a la mujer que no ha conocido hombre.
Fuente: La Milenaria historia de las palabras. Aut. Ricardo Soca. Edit. Asociación Cultural Arturo Nebrija. 2009.