Comentarios enviados a AMI-List por el Dr. Ernesto Maldonado Carreño (titodoc@yahoo.com), anestesiólogo de Celaya, Guanajuato, México, el día 14.II.09; dirigidos a la lista de distribución de anestesiología con domicilio en http://groups.google.es/group/anestesiologiamexicana
Un famoso paso doble "Cariño Verdad" iniciaba con esa frase (¿De quién fue la culpa?)
Tengo 40 años de egresado de la Facultad de Medicina y 36 de de anestesiólogo, y he visto la evolución de la imagen del médico. Antaño ser profesional de la Medicina era casi tan respetable como el cura del pueblo (de ese entonces que solo tenían sobrinas). La imagen del médico era prácticamente fuera de toda duda, el de una persona proba y cabal.
Los factores que han contribuido al deterioro del médico son:
1. Se convierte en obrero de la medicina, perdiendo su sentido humanista. Baste ver la calidad de ortografía y cultura general de muchos de los colegas (de cualquier especialidad)
2. La Medicina Social, donde el profesional pasa a ser un "compañero" más y el trato hacia él es totalmente horizontal. Este mismo se convierte en cuida chambas y su comportamiento (salvo honrosas excepciones) es indistinguible del de un trabajador cualquiera (camillero, mozo, enfermero, etc.)
3. La sobreproducción de médicos por el gran numero de escuelas y facultades de medicina, y la mala distribución de los mismos, que están dispuestos por sobrevivir a aceptar salarios miserables y tratan de obtener el trabajo extrainstitucional mediante abaratamiento de sus honorarios (a veces derivado del robo de insumos de las instituciones donde labora), servilismo indignante. Tramoyistas (son los encargados de resolver cualquier problema en el quirófano desde acomodar la luz, efectuar conexiones eléctricas, contestar el celular, etc.), chistosos y chismosos.
4. Anonimato. Pocos tienen un consultorio donde el paciente sea valorado en forma preoperatoria y lo identifique como un profesional especializado, con las mismas (o mejores) atribuciones que sus patrones. Responsable de visitar a sus pacientes en el postoperatorio, etc.
5. Presencia. Es común que la imagen del anestesiólogo sea indistinguible del personal de mantenimiento del hospital; y por si hubiera duda, el colega se acompaña de su respectiva caja de plomero, y como salió de la otra chamba llega poco aseado y desvelado. Para ser torero... primero hay que parecerlo.
6. Poca participación en los colegios y sociedades. Pobre asistencia a eventos organizados por las mismas, apatía a veces derivada de que los directivos de la sociedades son los que se "reparten el pastel" de becas y patrocinios (viajes y regalos), dejando los "espejitos" para los de infantería.
7. Viendo un gremio tan vulnerable como el nuestro, no es de extrañarse que autoridades de salud se "agandallen" con la idea de complementar (suplir) nuestro trabajo con mano de obra barata (maquiladores de la anestesia)
8. Etc. etc.
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