[Documento enviado por el Dr. Ramón Eloy Perdomo Gutiérrez (perdo@infomed.sld.cu), anestesiólogo cubano, el día 10 de agosto de 2008. Autora: Juliana Bueno]
Existen factores relacionados con el ambiente de la sala de operaciones que generalmente no se tienen en cuenta, como el fuego.
El ambiente que rodea un procedimiento quirúrgico consta de múltiples factores y variables, que se coordinan entre sí para llevar a cabo un acto exitoso. Aspectos como el desempeño del personal técnico y profesional, la tecnología utilizada y el ¡diseño! de la sala de cirugía, tienen un papel esencial en el momento de evaluar los posibles riesgos que pueda correr el paciente y el personal médico y paramédico durante un procedimiento.
Además del riesgo para el paciente, derivado del acto quirúrgico en sí, existen factores relacionados con el ambiente de la sala de cirugía, que generalmente no se tienen en cuenta como posibles peligros, pero que si no se controlan adecuadamente, constituyen una gran amenaza. Uno de ellos es el fuego que proviene de los elementos utilizados de rutina.
Para que se produzca fuego durante la cirugía se requieren tres factores principales, que deben interaccionar de manera simultánea: una atmósfera enriquecida en oxígeno –o la presencia de cualquier concentración de óxido nitroso– como fuente oxidante; material inflamable, como compresas, tubos traqueales, esponjas, gasas, vendajes, campos, soluciones que contienen alcohol u otros componentes volátiles, máscaras de oxígeno, cánulas nasales, el pelo del paciente, vestidos de cirugía, gorros, ¡gases gastrointestinales!, catéteres de succión, mantas, endoscopios flexibles, la cubierta del cable de fibra óptica, guantes y material de empaque, entre otros; y una fuente de ignición, que incluye dispositivos de electrocirugía o electrocauterio, láser, puntas de sondas calientes, taladros o sierras, coaguladores de argón, cables de fibra óptica y paletas y almohadillas del desfibrilador.
El fuego en la sala de cirugía puede ocurrir en el paciente que está bajo cuidado anestésico, o cerca de él, e incluye el ocasionado en las vías aéreas o en el circuito ventilatorio. Los procedimientos de alto riesgo son aquellos en los que la fuente de ignición se encuentra próxima a una atmósfera rica en oxígeno, especialmente en cirugía otorrinolaringológica, oftálmica o de cabeza y cuello. Casi el 70% de los sitios de origen del fuego se encuentran sobre el paciente (piel de cabeza, cuello, tórax o abdomen), y el porcentaje restante dentro de él (vía aérea, principalmente).
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